Primavera en la Pesquería del Tambre






En el tramo final del río Tambre, un antiguo secadero de pescado perteneciente a los monjes cistercienses del lugar, se convirtió por "obra y gracia"  del arquitecto gallego Antonio Palacios, en una central eléctrica incrustada en plena naturaleza: la Pesquería del Tambre. Así mismo edificó también una pequeña aldea, para albergar a los trabajadores que por la dificultad de movilidad en aquel tiempo y lugar, tuvieron que trasladarse allí con sus familias. Hoy en día estas construcciones -donde incluso llegó haber una pequeña escuela-, albergan un hotel naturaleza. Desde aquí una pequeña ruta de senderismo nos irá introduciendo en la Devesa de Nimo, una fraga bastante bien conservada, y en las antiguas pesquerías. En estas fechas, a finales de marzo, la primavera tiene un encanto especial ya que cuando rompen los brotes de las hojas el bosque vuelve a "otoñar", apareciendo los ocres por unos días hasta que el verde intenso se hace dueño de la fraga. Así estaba este idílico lugar en estas fechas, entre amarillos y verdes de las hojas y también del musgo, que en ciertos tramos parecía simular una alfombra. Este cañón que forma el río Tambre es un lugar perfecto para desconectar, donde los colores del bosque, el canto de los pájaros y el sonido del agua en su descenso hacia el estuario, son los protagonistas de este espacio natural. Aquí en este paraje, muy cerca de la ría de Muros-Noia y también de Santiago, se conjuga el turismo natural con el industrial.


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