Paixases das Salinas de Ulló


Entre los paisajes peculiares que pudo haber tenido este territorio siglos atrás, no cabe la menor duda que el de las Salinas de Ulló llamaría poderosamente la atención. Hoy en día, este lugar es un recurso natural que nos retrotrae en el tiempo y nos acerca al turismo de memoria histórica, donde casi todos los trabajos eran artesanos. 


Esta antigua salinera que data entre los siglos XVII y XVIII constaba de dos estanques, en el más grande se dejaba reposar el agua de marea unos 30 días que, con el efecto de la evaporización, terminaba precristalizando la sal. A continuación, se pasaba al vaso contiguo una vez que alcanzaba los 18 grados de temperatura. Una vez dispuesta en las eras octogonales, la cristalización se producía a 5º y ya estaba lista para su cosecha. Así se extraía la sal, hasta que una serie temporales, entre 1763 y 1769, destrozaron la bancada oeste y arruinaron esta forma de negocio y de vida.

Este entorno natural lo rodea un sendero que nos lleva hasta Pontesampaio, en su tránsito, podremos observar la salina y su paisaje que la rodea, como las islas Alvedosas, incrustadas en medio de la ensenada. A mayores, este paraje es una reserva ornitológica, donde numerosas aves invernan ofreciendo un recurso turístico más a la zona. El final de este recorrido lo "preside" un toro de Osborne, figura icónica, que también por lo que parece y en los tiempos que corren, parece retrotraído de otros tiempos...






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